Saliendo de una relación abusiva: 10 lecciones que pueden salvarte la vida
6 diciembre 2022 | Categoría: Divorcio , Lecciones de vida , Relaciones Tóxicas
Jamás me hubiera imaginado que algún día iba a ser víctima de una relación abusiva y mucho menos que mi matrimonio terminaría en divorcio. Después de haber hecho paz con mi pasado, quiero compartir qué lecciones me dejó esta experiencia, para aprender de mis errores y no caer en una situación similar.
1. No ignores ni subestimes las famosas «red flags» o señales de alertas
¿No viste las señales de alerta? es una de las preguntas más frecuentes que me hicieron mis amigos y familia cuando salí de la relación abusiva. La verdad, sí las vi. Habían cositas que no estaban bien, pero tenía la interpretación equivocada de «El amor todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta». Creía que si mi amor verdadero, debía aceptar al otro tal y como era, soportarlo, perdonarlo y quizá con mi amor, esa persona podría cambiar. Y esto está bien para relaciones de pareja con una persona normal, que de hecho debe correspondernos de la misma manera… al final, todos somos imperfectos.
Hay una diferencia muy grande cundo se presenta un inconveniente o un problema con una persona sana que con una persona abusiva. La forma en que se dio esta situación y cómo se enfrenta, pueden darnos parámetros claros de si se trata de una señal de alerta (de las cuales hablaré en otra entrada).
Esas «red flags» o señales de alerta nos avisan de un peligro inminente que nos espera si no nos detenemos. Hay un dicho popular que dice: en guerra avisada, no hay muertos. El problema es que muchas veces vemos los avisos y los ignoramos porque creemos -equivocadamente- que lo tenemos bajo control o que es algo que «podemos tolerar» y subestimamos el peligro que se aproxima, porque al inicio, el abuso es «relativamente» tolerable comparado con lo que puede llegar a ser en una etapa futura de la relación.
Es muy difícil dimensionar, sobre todo al inicio de la relación, que tan grande pude llegar a ser el abuso. El problema es, que una vez que el abuso empieza, no se detendrá (a menos que pongamos un alto y salgamos de allí) y de hecho irá aumentando cada vez más, como una avalancha.
Los abusadores son muy inteligentes: empiezan probando cómo reacciona la otra persona ante pequeños abusos, y una vez que saben que lo aceptaste, toleraste o perdonaste, saben que pueden probar con un poco más.
¡Por eso es importante no subestimar las alertas en la primera etapa, porque después es mucho más difícil (pero no imposible) poner un alto!
2. Confía en los hechos y no en las palabras
Una de las cosas más difíciles de distinguir cuando se está enamorado, son los hechos de las palabras. Generalmente las personas abusivas hacen muchas promesas que nunca cumplen y son expertos en decir las cosas que queremos escuchar, pero que no son congruentes con sus acciones. Hay que prestar más atención a sus comportamientos y sus acciones, que a las palabras bonitas.
3. El trato que recibes no es un reflejo de lo que mereces, sino de lo que permites
Cuando se está en una relación abusiva pueden suceder dos cosas: el abusador consigue manipular a tal punto a su víctima que ésta cree que se merece el abuso (en especial, cuando el abuso ha ocurrido por mucho tiempo), o bien, la persona no puede comprender qué hizo mal. Es importante entender esto: ninguna víctima se merece abuso. Sin embargo, sí hay algo que la víctima hizo mal: no poner límites desde un inicio. En otras palabras: permitir/tolerar el abuso. Si se hubieran puesto límites claros desde el inicio, lo más seguro es que el abusador no se habría interesado en continuar la relación.
4. Define límites
Límites… esta palabra tan sencilla pero tan difícil de aprender (cuando llegamos a nuestra vida de adultos sin saber definirlos). El Dr. Henry Cloud explica en su libro «Límites» que los límites afectan diferentes aspectos de nuestras vidas: físicos, mentales, emocionales, espirituales.
Los límites nos permitirán evitar relaciones tóxicas y situaciones de abuso de todo tipo: no solo en el amor, sino con amigos, familiares, vecinos, colegas, jefes o clientes, etc. Y no, nunca es tarde para aprender a poner límites.
5. Exprésate con asertividad
Al tratar de hacer escuchar nuestra voz y de definir límites, existen tres formas de hacerlo: pasiva, agresiva y asertiva.
La forma pasiva es aquella que, con tal de evitar líos, prefiere quedarse callada, aceptar lo que el otro quiera, sin defender los propios límites. La mayor parte de personas abusadas psicológica y físicamente se encuentran dentro de este grupo. Esto no es bueno, porque solamente le da al abusador vía libre para continuar con los abusos y exigir cada vez más lo que él/ella considera que tiene por derecho.
La forma agresiva es por el contrario, una forma impositiva de hacer que se respeten los límites propios. Esta es generalmente la forma en que el abusador se comunica. Puede recurrir a un tono de voz violento, e incluso faltar el respeto y definitivamente no toma en cuenta los sentimientos, opiniones y derechos de la otra persona.
Ninguno de estos dos modelos es bueno. El modelo ideal sería conseguir expresar los límites de una forma asertiva. La asertividad se define como la habilidad que permite a las personas expresar límites, opiniones, ideas, necesidades y sentimientos de forma consciente, clara, honesta y sincera, sin hostilidad ni agresividad, sin herir o perjudicar a los demás.
6. ¡Que nadie apague tu luz!
Una de las cosas más importantes a las que hay que prestarle atención en una relación de pareja, es que haya apoyo, respeto mutuo, así como libertad para ser uno mismo, para hacer lo que amamos, vestirnos como gustemos, etc. En el momento en que una persona trata de hacernos sentir mal por quienes somos o lo que hacemos y quiere hacernos cambiar hasta el punto de perder nuestra esencia… allí no es. Sé tu mism@, brilla, porque eres únic@ y especial tal y como eres!
7. La decisión está en tus manos
No puedes cambiar a otra persona, solo puedes cambiarte a ti mismo. Debes entender que no está en tus manos cambiar a tu pareja, pero sí puedes tomar decisiones y acciones por tu propio bienestar. Nadie más puede hacerlo por ti… ni tus familiares, ni tus amigos.
Si has intentado todo lo posible por rescatar una relación que al final te está ahogando, eres tú el único que puede tomar una decisión para salir de allí.
Y algo más: que no te importe el qué dirán. Solo tú sabes lo que has vivido, lo que has sufrido y lo que has luchado. Y es por eso que eres tú quien puede tomar la mejor decisión para ti.
8. No alargues la toma de una decisión que puede evitar peores males
Hay muchos factores que hacen que sea muy difícil tomar la decisión de salir de una relación abusiva. No puedo generalizar, porque cada caso es distinto. Pueden haber hijos involucrados, puede sentirse mucho temor a consecuencias más violentas, y luego está la parte emocional… nuestro cerebro pelea con nuestro corazón, porque en algún momento amamos a la persona que creíamos que era… y nos es difícil aceptar que esa persona ya no es el ideal de quien nos enamoramos y posiblemente nunca lo fue.
Pero una vez logramos darnos cuenta del abuso psicológico, verbal, económico y/o físico, es momento de ser valientes y tomar la decisión de salir de esa relación lo antes posible. Mientras más se alargue esta decisión, solamente prolongamos el daño que recibimos y hacemos que la salida sea más difícil.
9. Debes tener una red de apoyo
Un consejo muy importante si te encuentras en una relación abusiva es que no te alejes de tu familia y amigos. Hay gente que te ama, te apoya sinceramente y quiere lo mejor para ti. Los abusadores tienden a querer alejarnos de estas personas para aislarnos y hacernos sentir que solos y dependientes de ellos. Pero es importante contar con personas que te puedan escuchar, aconsejar y ayudar. Es vital para tu salud emocional y para sentirte respaldado en momentos difíciles e incluso si tomas la decisión de salir de esa relación abusiva.
Y cuando identifiques quiénes forman parte de esa red de apoyo, esas personas con un interés genuino por tu bienestar: aprende a escuchar consejo.
10. Perdona, aprende y no mires atrás
La última lección que quisiera dejar en este artículo (aunque son muchas más cosas las que les compartiré a lo largo de este blog) es que una vez que hemos logrado salir de una relación abusiva es vital buscar las herramientas para sanar.
Visitar a un psicólogo puede ayudarte a descubrir esa heridas, perdonar (para ser libre, no para regresar al abuso) y a darle un cierre a esa relación. La terapia también te puede ayudar a conocerte a ti mismo y a descubrir en qué fallaste y qué debes corregir en ti para evitar volver a caer en una relación abusiva en el futuro.
Y cuando hayas sanado, no mires atrás. Esa relación solo fue un aprendizaje en tu vida para ser una mejor versión de ti, más fuerte, más inteligente.
BONO:
Una última lección de todo esto… he aprendido que cada persona está luchando su propia batalla y no conocemos lo que el otro está viviendo, ni lo que lo lleva a tomar ciertas decisiones y acciones en su vida. No juzguemos sin conocer el contexto.